Desde el CIG hemos hecho un descubrimiento increíble: «¡Tenemos vecinos!». Y no unos vecinos cualquiera. La clase de biología de 1º de Bachillerato se propuso conocer qué ocurría alrededor del colegio cuando se quedaba sin estudiantes y en silencio. Para ello, han colocado una cámara de fototrampeo en los alrededores y, usando anchoas y sardinas en aceite, han atraído a una parte del vecindario cuya existencia desconocíamos. Urracas, estorninos, zorzales, mirlos, conejos, ratas y…¡hasta una gineta y un zorro! se han paseado frente al objetivo demostrando que no estamos solos, que el CIG está muy vivo.
Usaremos estas imágenes para trabajar la biodiversidad cercana, buscando estimular la curiosidad del alumnado y mostrándoles que la fauna salvaje vive mucho más cerca de lo que piensan. Una excusa fantástica para comprometerse con ella y echarle una mano.